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Enterocolitis necrotizante (ECN)

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Sugerencias

 

   La enterocolitis necrotizante (ECN) se ha descrito como una enfermedad aguda y grave asociada a ulceración y necrosis del intestino delgado y grueso.

   La ECN continua siendo la enfermedad gastrointestinal más frecuente y grave del periodo neonatal. La incidencia de esta entidad varía de unos países a otros pero en general se sitúan entre el 5% y el 15% de los niños que ingresan en una Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales, o sea, del 1 al 3 por mil de los recién nacidos vivos.

   El 90% de los niños que la padecen nacieron de menos de 36 semanas de gestación; otros datos que se asocian claramente a un mayor riesgo son el bajo peso al nacer, sobre todo menos de 1500 gramos; y la administración oral de alimentos o soluciones hipertónicas. Otros factores de riesgo que han sido asociados a una mayor incidencia son: el uso de catéteres umbilicales (para el acceso venoso y sobretodo para la administración de medicamentos), haber realizado un exanguinotransfusión (técnica de recambio de la sangre), la asfixia durante el parto, los episodios de dificultad respiratoria, la disminución mantenida de la tensión arterial (hipotensión), las enfermedades congénitas del corazón o de los intestinos, la anemia y/o la policitemia (sangre mas viscosa), y otras menos frecuentes.

   En general se presenta durante las 2 primeras semanas de vida, siendo más precoz en los niños que nacen a término (38 a 42 semanas de embarazo) que en los pretérmino (menores de 38 semanas). Los primeros síntomas suelen ser presencia de sangre en las heces (rectorragia) y distensión abdominal; otros síntomas frecuentes son vómitos biliosos y dolor abdominal. A medida que la enfermedad progresa el intestino se perfora y la diseminación de la infección ocasiona la muerte del niño.

   En la valoración de los niños con ECN es necesaria la realización de ecografías y radiografías abdominales así como valoraciones clínicas y analíticas frecuentes pues la toma de las decisiones adecuadas es de importancia vital. Es imprescindible una buena coordinación entre los Neonatólogos y los Cirujanos Pediátricos para el adecuado seguimiento y tratamiento de estos enfermos.

   El tratamiento durante las primeras fases de la enfermedad puede ser únicamente médico: interrupción de la alimentación, antibióticos intravenosos, nutrición parenteral, sueros de mantenimiento, y otros más específicos. Si el niño no mejora con las medidas comentadas se requerirá un tratamiento quirúrgico; este varía desde un simple drenaje, a la necesidad de resecar segmentos variables de intestino exteriorizando los extremos libres de las asas. Continua siendo difícil decidir el momento más adecuado para la cirugía pero parece que la cirugía precoz se asocia a una mayor supervivencia (sobretodo en los prematuros de muy bajo peso).

   A pesar de los avances de los últimos años la mortalidad continua en cifras de hasta el 40% en muchas series publicadas.

   Muchos factores han sido relacionados con la prevención de esta enfermedad. Se ha demostrado que la administración de leche materna disminuye significativamente la incidencia de la ECN, y en general la administración retardada de leches elementales. El uso de antibióticos no se ha demostrado eficaz en la prevención.

   Las secuelas más frecuentes en los niños que sobreviven son la aparición de bridas y/o estenosis cicatriciales intestinales que deben ser intervenidas cuando se manifiesten.

Dr. Ricardo Diez García

Especialista en Cirugía Pediátrica

Fecha de la última actualización: 2004

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