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Hernia umbilical

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Sugerencias

   Entendemos por hernia umbilical la persistencia del defecto abdominal a través del cual pasaba el cordón umbilical.

   En condiciones normales, el cordón umbilical se deseca y momifica hasta desprenderse tras la involución de los vasos umbilicales y de la gelatina en la que se contienen (gelatina de Wharton) y esto se acompaña del cierre del defecto abdominal. Cuando esto no ocurre el peritoneo abomba por el defecto en la línea media, seguido por un asa intestinal y cubierto únicamente por la piel. No debe confundirse con el onfalocele o la gastrosquisis que son entidades más graves que se comentan en otro apartado de esta web.

   La hernia umbilical se presenta en casi el 20% de los recién nacidos y aumenta en los prematuros o en las patologías que se acompañan de un aumento de la presión intraabdominal como en el caso del cretinismo (defecto congénito de las hormonas tiroideas).

   Cuando exploramos al niño notaremos un exceso de piel a nivel umbilical que no es doloroso. Cuando el niño llora o en otros esfuerzos o situaciones de aumento de la presión abdominal percibiremos la protusión del contenido herniario que será un asa intestinal y/o epiplon. No existe dolor espontáneo ni a la palpación y la reducción de la hernia es sencilla aunque si el niño presiona de nuevo se volverá a manifestar con facilidad. Con el pulpejo del índice percibiremos los bordes del orificio herniario (el anillo heriario) que es redondeado y romo.

   La evolución natural es a la progresiva disminución del tamaño del anillo de la hernia, si bien en los primeros 3-4 meses puede presentarse un aumento del mismo. La mayoría de las hernia umbilicales se resuelven espontáneamente en los dos primeros años de vida pero este proceso puede prolongarse más tiempo. Esto unido a que la piel siempre soporta la tensión de la hernia y a que no existe estrangulación en los primeros años de vida obligan a tomar una actitud expectante y conservadora: menos de el 10% de los defectos umbilicales precisarán de una intervención quirúrgica. Conociendo estos datos los padres estaréis tranquilos.

   Si la evolución es favorable esperaremos a los dos y medio ó tres años de edad para plantear la intervención, e incluso un año más si se trata de un varón. Cuando al año de vida el anillo herniario es mayor de 2 cm de diámetro las posibilidades de curación espontánea son escasas por lo que puede adelantarse la edad del tratamiento quirúrgico. 

   La cirugía se realiza con anestesia general y es sencilla y con escasas complicaciones de manera que el niño es dado de alta en el mismo día de la intervención; las recidivas son excepcionales.

   Hay multitud de estudios que demuestran que el uso de esparadrapos o dispositivos similares a nivel umbilical no mejora el pronóstico de la hernia e incluso puede ser causa de llanto e irritabilidad por lesiones cutáneas derivadas de la aplicación del apósito. En nuestros días no debe recurrirse a estas técnicas infundadas e infructuosas.

Dr. Ricardo Diez García

Especialista en Cirugía Pediátrica

Fecha de la última actualización: 2004

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