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Infección del tracto urinario (ITU) en niños

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Sugerencias

   Infección del tracto urinario (ITU) es el término utilizado para designar los procesos que tienen como característica común la presencia de cantidades importantes de bacterias en la orina. Se incluyen tanto la cistitis (infección limitada a la vejiga), como la pielonefritis (infección del tejido renal) que además puede ser aguda o crónica. 

   La sintomatología de la cistitis varía desde la clásica de dolor vesical, disuria (escozor al orinar) y polaquiuria (micciones frecuentes y escasas), hasta la ausencia de sintomatología; los niños suelen estar afebriles y no presentan afectación del estado general. En la pielonefritis el niño puede o no tener fiebre, y la clínica puede ser igual a la de la cistitis o presentar escalofrios, mal estado general, y la mencionada sintomatología urinaria clásica. Para diferenciar estas entidades debemos basarnos en la historia clínica y los estudios urinarios y de la sangre.

   La demostración de gérmenes en la orina (bacteriuria) es el único criterio válido para diagnosticar una ITU. La muestra de orina se puede recoger de 3 modos: por punción de la vejiga, por sondaje vesical o por obtención limpia (bolsa de recogida de orina o micción directa en recipiente estéril). Los dos primeros métodos se reservan por su agresividad para los casos en que no es posible obtener una muestra adecuada por el tercer método y para los casos dudosos o de estrema gravedad en que es preciso un diagnóstico seguro y rápido. En los dos procedimientos iniciales la presencia de gérmenes en la orina es diagnóstica pues las muestras se obtienen de modo estéril; en la recogida por método limpio se acepta que por debajo de 10.000 col/ml se trata de una contaminación de la muestra, entre 10.000 y 100.000 col/ml se recomienda obtener una nueva muestra, y por encima de las 100.000 col/ml se establece el diagnóstico de ITU. Es importante que la muestra se siembre próxima a su recogida y que se manipule lo menos posible hasta su siembra. Los resultados del cultivo identificarán el germen causal y nos indicarán los antibióticos más adecuados para su tratamiento. 

   Como los resultados de los cultivos suelen demorarse unas 48 horas, se recomienda el tratamiento empírico en espera de los resultados si la clínica y el sedimento de la orina sugieren una ITU. Tras obtener el resultado del cultivo se reevalúa el niño y se decide el tratamiento definitivo.

   Existen una serie de circunstancias en las que no sólo hay que tratar la infección sino que es obligado realizar unos estudios complementarios encaminados a averiguar la causa por la que se ha producido la ITU. Estos son: 

      - Una infección demostrada en niño/a menor de 3 años.

      - Cuando se palpa una masa suprapúbica tras la micción (sospecha de obstrucción del tracto de salida de la orina).

      - Cuando se palpa una masa en la región renal de cualquiera de los lados (sospecha de hidronefrosis)

      - Cuando coexistan signos de insuficiencia renal (elevación de la urea y creatinina en sangre).

      - Cuando se asocia hipertensión arterial

      - Cuando la infección no se cura a pesar del tratamiento antibiótico adecuado.

   En todos estos casos será necesario realizar un estudio urológico completo que comprende ecografía abdominal y CUMS (cistouretrografía miccional seriada) con objeto de descartar la presencia de alguna alteración de las vías urinarias o de los riñones que predispongan a estas infecciones (la causa más común de ITU en niños menores de 3 años continúa siendo el reflujo vesicoureteral). Según los hallazgos obtenidos y la evolución del niño será preciso ampliar estos estudios o finalizarán aquí. 

   Puede ser preciso establecer una prevención de las infecciones urinarias durante el estudio urológico, o como parte del tratamiento de estos niños, y siempre en los niños menores de 6 meses afectos de pielonefritis. Esta prevención se conoce con el nombre de "profilaxis urinaria" y ha sido demostrada su utilidad y eficacia desde hace más de 20 años. Consiste en la administración de una dosis baja de antibiótico preferentemente por las noches; se realizan controles periódicos de orina y la mayoría de los autores recomiendan alternar los antibióticos utilizados para evitar resistencias. No se han apreciado secuelas significativas derivadas de esta práctica.

Dr. Ricardo Diez García

Especialista en Cirugía Pediátrica

Fecha de la última actualización: 2004

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