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Pie plano en el niño

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Sugerencias

    El pie plano es uno de los motivos más frecuentes de consulta en Ortopedia pediátrica y en Pediatría general. La motivación última raramente es un problema funcional o doloroso en el niño, sino más bien la preocupación de los padres originada en experiencias personales similares en su infancia o en la influencia de familiares o allegados, en la consideración de una idea persistente y de tradición muy arraigada, esto es, que el pie plano es causa de trastornos y alteraciones en la vida futura adulta, con consecuencias a distancia, incluso, pudiendo afectar a la estática de la columna vertebral.

   Numerosas generaciones de niños han sido tratados en base a esta idea, con múltiples variedades de plantillas, calzados especiales y procedimientos quirúrgicos, con el objetivo de corregir la forma del pie.

   Actualmente existen suficientes estudios que alteran esta noción:

  1. La mayoría de niños pequeños tienen pies planos, entendiendo como tales aquellos pies con escaso desarrollo del arco longitudinal del pie y asociados a un aumento de la huella plantar. Suele acompañarse de una forma peculiar de apoyo en la parte posterior del pie, más bien ladeado sobre el borde interno. A esto se le llama apoyo pronado o en valgo, o también pies pronados o pies valgos.

  2. El arco longitudinal del pie suele desarrollarse y aparecer a partir de los tres años y de forma progresiva. En un escaso porcentaje esto no ocurre, persistiendo en la edad adulta.

  3. No existen estudios rigurosos sobre la historia natural del pie plano en la edad adulta, pero la mayoría de las evidencias hablan a favor de una condición benigna, sin repercusiones funcionales ni problemas dolorosos asociados, ni de ningún tipo de influencia en la espalda.

  4. La utilización de plantillas o calzados especiales ("correctores"), no modifica la evolución y el desarrollo del pie. En otras palabras, el cambio en la morfología del pie que ocurre durante el crecimiento – cuando ocurre- no se debe al uso de plantillas o de un calzado particular. Del mismo modo, existe un porcentaje de pies que persisten planos, aunque hayan sido tratados ortopédicamente.

   En realidad, la excesiva influencia del aspecto morfológico del pie ha relegado su aspecto funcional a un segundo plano y, sin embargo, es este último el aspecto básico, el que debe guiar su evaluación y tratamiento. El pie es una estructura fundamentalmente dinámica, que cambia de configuración constantemente a lo largo del ciclo de la marcha. Independientemente de su forma, si un pie conserva una flexibilidad suficiente que permita el desarrollo normal de la marcha, debe ser considerado normal. En ese sentido, la mayoría de los pies planos son flexibles, y deben ser considerados una variante de la normalidad.

   Por tanto, en la evaluación ortopédica del pie plano, se debe insistir en aquellos datos exploratorios que buscan la pérdida de flexibilidad del mismo. Esa situación corresponde a la existencia de un pie plano patológico, que normalmente requiere tratamiento, y con frecuencia quirúrgico. Son dos las condiciones más frecuentemente asociadas a este tipo de pie plano patológico: la presencia de un tendón de Aquiles excesivamente corto o retraído y la presencia de uniones anómalas entre huesos del tarso, de origen congénito, a las que se denomina coaliciones tarsales.

   La utilización de plantillas, por tanto, no está justificada en la mayoría de los casos de pies planos. Sin embargo, pueden ser útiles en dos situaciones:

  1. En los niños que, debido a una pronación considerable del pie, desgastan el calzado por excesiva deformación del mismo y obligan a cambios muy frecuentes de zapatos, con el fin de mejorar la adaptación y el ajuste del pie dentro del calzado.

  2. En niños mayores y adolescentes que practican deporte y que presentan exceso de pronación y molestias asociadas por sobrecarga mecánica, con el objetivo de distribuir las presiones en la planta del pie de modo más uniforme.

   El tratamiento quirúrgico debería quedar restringido a aquellas formas de pie plano patológico, en las que normalmente se descubre algún elemento restrictivo en su función, y suelen convertirse en dolorosos, normalmente no antes de los 10-12 años de edad.

Dr. Gaspar González Morán

Especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología

Fecha de la última actualización: 2004

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