Alrededor de las fosas nasales existen  unas cavidades (senos paranasales), que van a desembocar a la nariz a través de unos orificios (ostium de drenaje). Estas cavidades están desarrollados en el adulto, pero en el niño se va produciendo un desarrollo a lo largo de los años (es lo que denominamos proceso de neumatización). Así, el niño en el nacimiento únicamente tiene los senos maxilares y etmoidales. Existen otros senos que aparecerán más tarde (frontal y esfenoidal).

   La sinusitis es la inflamación de la mucosa que tapiza esas cavidades. Es una afección relativamente frecuente en la infancia, puesto que se calcula que, globalmente, del 1 al 10% de los catarros de vías altas en el niño, asociará una sinusitis.

   Son varios los factores que ayudan en el niño a la aparición de una sinusitis, destacando por su frecuencia las infecciones previas de nariz y garganta por virus (que inflaman la mucosa de la nariz y de estos senos), la obstrucción mecánica al paso de aire por la nariz ( hipertrofia de adenoides, desviación del tabique nasal), inflamaciones de la mucosa nasal,  (rinitis)....

   Estos y otros factores disminuyen el tamaño de los orificios que comunican los senos con la nariz, y se retienen e infectan  las secreciones dentro de esos senos.

   La clínica que presenta vuestro hijo, con frecuencia no se parece a la que presenta un adulto.  El niño tiene tos que no desaparece tras un catarro y sigue con mocos tras más de 10 días de tener dicho catarro. Es frecuente que aparezca mal aliento y que el niño trague mucho moco por la noche, que luego vomita.

   En niños más mayores puede que nos describan dolor de cabeza, pesadez en la cabeza o se señalen de manera precisa dónde les pincha el dolor.

   Ante estos cuadros, será vuestro médico el que deba indicar si el pequeño presenta un proceso típico o es necesario hacer algún otro tipo de estudio (por ejemplo una radiografía).

   El tratamiento es fundamentalmente antibiótico, siendo de utilidad los fármacos que disminuyen el edema de la mucosa nasal, así como el estudio y tratamiento de los posibles factores que contribuyan al proceso.

   Dentro de los tratamientos merece la pena reseñar que, en ocasiones, éste no es solamente médico, sino quirúrgico, contemplando la realización de la cirugía de las vegetaciones, para conseguir una mayor funcionalidad de la nariz, entre otras diferentes técnicas.